martes, 8 de octubre de 2013

Un romance popular IV (historia de las mil facetas)

Nunca más quería volver a verla. Nunca supe su nombre ni su vida, solo supe de ella que era una puta y a pesar de sus cambios drásticos en diferentes trabajos y en las pocas veces que la vi, nunca dejaría de ser puta. Tal vez no se prostituya, pero se porta como puta conmigo.
Aún no tenía novia, aún no quería una novia, estaba muy centrado en mi trabajo, de vez en cuando me iba al casino con mis amigos. No era apostador ni me encantaba la idea, solo iba de vez en cuando, para despejar mi mente.
Una de esas pocas veces en las que pise el casino la volví a ver a lo lejos, estaba vestida con un chaleco rojo, me la acerque despacio, tenía un vaso de whisky en la mano el cual me lo tome en seguida y decidido fui a hablarle.
¿Qué haces aquí?
Ella se sorprendió al verme y simplemente me dijo.
-Estoy en mi descanso. Si quieres jugar Blackjack espérame en la mesa cuatro 
¿Pero? ¿No me digas que ahora eres dealer?
-Que crees, ¿Qué no me ves?
Estaba casi molesto. Ella, la puta ahora es dealer. Quería saber como hacía para cambiar de trabajo, profesión e incluso personalidad tan rápido.
La miraba a lo lejos, entre pequeñas sonrisas que hacía y me daba cuenta que me empezaba a gustar y atraer de nuevo. Era igual de hermosa que la primera vez. Pero, pensando esto también me decía a mi mismo: "No te olvides que todo siempre fue e incluso es un Romance Popular".

Eduardo