sábado, 28 de septiembre de 2013

Un romance popular (historia de las mil facetas) III

Un romance popular I :  http://poderosaafroditablog.blogspot.com/2013/09/un-romance-popular-historia-de-las-mil.html
Un romance popular II :  http://poderosaafroditablog.blogspot.com/2013/09/un-romance-popular-historia-de-las-mil_24.html


Salía de Wong, aquel Wong que esta en Balta y me dirigía a mi departamento. Había comprado una botella de Coca Cola y unos cuantos chocolates. En el camino, oscuro por la noche, sentí que alguien me seguía. Debí suponer que mi pequeña paranoia jugaba conmigo, pero cada vez que volteaba, ahí estaba esa silueta delgada siguiendome. Apure el paso. 
Para cuando llegue a mi departamento saque la llave para abrir la puerta principal y escuche detrás mío un: "Espera". Esa voz, inconfundible entre tantas bocinas de carros, me dio a conocer su identidad en un segundo. Era ella, la puta y luego escritora que volvió a mi vida después de varios meses. Voltee, la mire y sus ojos dejaron caer tres lagrimas. "¿Te acuerdas de mi?, preguntó. Asentí con la cabeza y sin embargo aún le tenía una especie de miedo, o tal vez rencor. 
-¿Qué haces aquí?-Le pregunte
-He jugado con mi suerte y quise venir a visitarte- Me dijo ella con un tono suave.
-¿Así que querías visitarme?, bueno pues, ¿Quieres pasar?.
-¡No!, debo irme ya. Solo quería ver tu cara de nuevo, a veces la extraño, a veces no. A veces la escribo, a veces la pinto.-
-¿A veces la pintas?-Le pregunte muy sorprendido.
-Sí, a veces la pinto. Me di cuenta que la literatura no era lo mío. Llegue a escribir mi libro hasta la mitad y lo deje. Ahora pinto y aprovechando que estamos hablando te invito a mi exposición el jueves, se realizará en Barranco, en la galería a espaldas de la calle Grau, frente a la comisaría. Ahora sí, debo irme.
Veía como ella se alejaba. Aún estaba muy sorprendido, aún no lo creía. 
Pasaron tres días hasta que llego el jueves. Termine de trabajar, compre la cena y luego fui a prepararme para ir a su exposición. En mi departamento me salto una duda de si ir o no. Dude varios minutos y pensé: ¿Para qué ir? Si todo al final fue y es un "Romance Popular".





Eduardo

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Anillo de fuego

Esta publicación se la dedico con gusto a aquellos solteros luego de un divorcio, separación. También a aquellos que piensan casarse pronto.

Les voy a hacer una pregunta: ¿Para qué casarse?. ¿Para compartir acaso?, ¿Para ser feliz al lado de la mujer que dices amar (no juzgo)? ¿Para qué?. Algunos se casan porque así lo pide Dios, pero aquí viene otra pregunta: ¿Acaso Dios esta casado?. Les apuesto que si Dios se casara, unos dos o tres años después de la boda sería el Apocalipsis inmediato. Y si es que estuviera casado con una mujer que pide mucho, desde hace buen tiempo que ya no tendríamos el pan de cada día. 
No se ustedes, pero yo me he dado cuenta de que últimamente las parejas que viven juntos, sin estar casadas, duran más. El problema viene cuando se casan. 
Considero que el mayor problema de estar casados es la típica frase: "Lo tuyo es mío y lo mío tuyo". Esta frase me causa un escalofríos terrible. A veces me pongo a pensar: Claro, lo tuyo es mío, pero cuando choco el carro, rompo un jarrón, uso tu laptop, tu ipad o incluso tu celular, etc. Me gritas sin parar "¡No toques mis cosas sin permiso!".  Y es que esa es la realidad. No sé bien porque, pero a veces pienso que esa frase está dicha para sacar provecho. Claro, nos divorciamos y yo me quedo con tú televisor, laptop, etc. Porque al final, no olvides lo que me dijiste una vez: "Lo tuyo es mío". Lo malo es que esa frase se puede usar a la contraría también, la mujer puede decir: "¿Así?, bueno pues, me llevo tú vodka, tus puros, me llevo tu camiseta de la U firmada por los jugadores, ¡Ah! y por supuesto que me llevo tus vinilos de los Beatles, de Pink Floyd y de Queen". Dios, si algún día me hacen eso... le devuelvo todo con tal de tener mis vinilos de vuelta.
Dejando de lado esta frase, hay otra cosa de los matrimonios que no me gusta nada: Las peleas absurdas. Es obvio que en toda relación hay peleas, pero... ¿Por qué algunas deben ser tan absurdas?. Yo he sido testigo de Jehová, ¡Perdón!, quise decir que yo he sido testigo pero de peleas, tan, pero tan absurdas que deberían ser catalogadas vergüenza nacional. Usted se imagina pelear con su pareja por no saber decidir que juego de mesa comprar, y lo peor de todo es que se dejen de hablar por dos horas. Otra de las peleas más absurdas que he presenciado es la de un pareja comprando una película. Ella quería una romántica y el una de acción y violencia, no se decidían, así que fui donde ellos y les dije: "Creo que lo mejor sería que se lleven una película de Woody Allen, ambos la disfrutarán". Sin embargo creo que de todas las peleas que presencie la que se lleva el premio es el hecho de que la mujer se pelee con su pareja por haberse comido la última aceituna. La verdad, presiento que cuando un matrimonio pelea por cosas tan absurdas es que algo va mal. Y sobre esa aceituna, era originalmente de ella, pero lo de ella es de él también.
Otra cosa que personalmente yo no soportaría de mi esposa es que ella se vea con otros hombres, sí, celos que matan. Ahora, no entiendo algo, un hombre está en todo su derecho de molestarse si su mujer frecuenta ver otros hombres, ¿Pero por qué la mujer debe molestarse si su esposo juega póquer con sus amigos en las noches?, ¿Acaso la mujer cree que su marido la va a engañar con su mejor amigo?, un poco absurdo, ¿No creen?. No sé si existen, pero deberían existir los mandamientos de un matrimonio. Y ojalá en ellos se incluya: "Dejarás jugar a tu marido póquer las noches que él quiera".
Para ir cerrando esta publicación solo debo decir una cosa más: si te vas a casar, elige bien, y nada de esa frase "Lo tuyo es mío y lo mío tuyo". A parte, por favor, nada de peleas absurdas en lugares públicos. Si no saben que película elegir, yo ya te di la mejor recomendación, una de Woody Allen. Y por último, nunca dejes que tu esposa/o interfiera en tu vida privada, sobretodo cuando te diviertes con el juego.

Eduardo


Les dejo como regalo una canción de Johnny Cash, la canción que inspiro el titulo: Ring of fire (Anillo de fuego). 




martes, 24 de septiembre de 2013

Un romance popular (historia de las mil facetas) II

Historia ficticia... Para entender la historia lea: http://poderosaafroditablog.blogspot.com/2013/09/un-romance-popular-historia-de-las-mil.html

Listo, la olvide. 
Diego y yo nos reunimos el lunes por la tarde para ir juntos al ciclo de cine de Woody Allen en el Centro Cultural Ricardo Palma en la calle Larco. Luego de las dos funciones, al ver que no teníamos nada que hacer, lo invite a tomar un café a Dédalo. Un expreso para los dos, sentados en la parte de afuera y hablando sobre nuestros respectivos futuros trabajos en guiones, la volví a ver. Sorprendido me quede y sin poder hablar.
Ella, la que era puta la última ves que la vi, ahora llevaba lentes, estaba con un largo y bello vestido, rulos, un cigarro entre sus dedos, un papel y un lapicero en la mesa y un libro que la acompañaba. 
-Diego, te acuerdas de la puta de la que te hable- Le dije sorprendido.
-Claro que sí, como olvidar aquella historia- Me dijo Diego en tono sarcástico.
-Pues ahí está- Le respondí.
Diego me reto de una manera infantil a hablar con ella. 
Así fue, me acerque a ella, nervioso debo admitir. Le toque con el dedo la espalda, ella volteo y se quedo sorprendida al verme. No lo creíamos, nos volvíamos a ver.
-¿Se puede saber que hace usted después de tanto tiempo?-Le pregunte con una sonrisa interminable.
-Escribo- Me dijo ella.
-No te ofendas, pero... ¿Escribes?, la última ves que te vi eras una puta ba ba barata- Dije tartamudeando de la grata sorpresa que ella me dio.
-Gracias ah- respondió en tono de broma- Ahora escribo, deje la prostitución, denuncie a mi primo y empece a estudiar literatura.
-Oh, mira tú, ¡eso es genial!, ¿Y que escribes, poesía, novela, ficción?
-escribo una novela, va a quedar buena- Me dijo ella feliz.
- ¿Como se llamará?- le pregunte.
-A nadie le digo el titulo, pero tú, bueno, eres tú. La novela se llamara "Romance popular".
Luego de decirme el titulo escogido, quede atónito. "Romance popular" esa frase que me persiguió durante días, meses y un año. Ese título de una canción de Nara Leao. 
Diego pago la cuenta, me paso la voz para irnos.
-Debo irme, ¿Te volveré a ver?
-No lo se, nunca se sabe que pasará, pero por favor, no te olvides que lo nuestro siempre fue un Romance Popular.
 Seguí a Diego pero antes me despedí de aquella puta que ahora es escritora y mañana no se sabe que será.







Eduardo

domingo, 22 de septiembre de 2013

La chica L



Si supieras lo mucho que hubiera seguido dando si hubiéramos seguido estando, es la verdad, pero tu quisiste parar con esto.
 A ustedes lectores les deberé contar mi historia. Algunos dirán que es trágica, otros que es graciosa. Algunos suspirarán por saber que esto les pudo o les puede pasar. Otros sentirán compasión por mi, pero créanlo, no la necesito.

 Era mi primer día de clases en la universidad. No conocía a nadie más que a mi amigo desde el colegio Gabriel. Ella, que la llamaremos L, entro por la puerta.“¡Caray, que mujer!” Exclame para mi y Gabriel. 
  El tiempo se encargo de lo demás, fue cuestión primero de agregarla a Facebook, que por cierto tarde como veinte solicitudes para que ella me acepte ya que no me conocía aún, y luego conocerla. Me uní mucho a ella, era preciosa y estoy seguro que aún lo es. Hice nuevos amigos, que lindo era todo, ¡Que linda era ella!. 
  Recuerdo claramente aún esas veces en las que estábamos todo el grupo de amigos echados en uno de los jardines de la universidad, ella y yo agarrados de la mano, de una manera cariñosa pero que a su ves decía “aquí no pasa nada”.
    La chica L no se daba cuenta de que yo la quería como una más que amiga. Todos nuestros amigos se dieron cuenta, pero ella ni se inmutaba. Opte por la idea más cobarde que pude, opte por mandarle indirectas de varias maneras: canciones, vídeos, mensajes, etc.
   Habían días en los que solo quería verla y estar con ella, tal vez solos, tal vez con gente a nuestro alrededor, pero solo quería estar con ella. Uno de esos días, le agarre el brazo y le dije: “¿L, te gustaría hablar conmigo un rato?”, su respuesta fue un sí, así que nos fuimos a sentar a la pequeña cafetería de la universidad. Nuestra conversación estuvo interesante e intensa, a ella se le corrió una lagrima, a mi se me salía la compasión y el amor sin querer. Para la mitad de la conversación se me provoco fumar. Salimos a dar una vuelta y ahí le confesé mi amor indirectamente. Le dije varias veces la palabra besar, besarte. Le conté sobre mi respeto hacía el cuerpo femenino y mi necesidad mayor a hacer feliz a una persona, sacarle la sonrisa a tener sexo. Ella quedó, lo notaba en sus ojos, fascinada. 
   Trataba que la relación sea cada ves más cercana. Siempre la abrazaba. En las clases me sentaba junto a ella y hacía juegos con mis manos, molestándola solo para que ella me parara y así tener nuestras manos agarradas. Aún recuerdo como estaban sus uñas, pintadas con un estilo que creo que se llama “animal print” celeste con rayas negras. 
   Ya no estaba solo enamorado de ella, estaba enamorado de su suavidad, su ternura, su amor, su calidez, su alma, su... ¡Toda ella!. La sentía en en mi corazón, en mis momentos tristes y en los felices. La sentía... Sentía que estaba ahí, que me acompañaba a pesar de  no estar físicamente. 
   Llego la sabatina, una especie de noche cultural que organizan los alumnos de mi universidad, y ella, vestida de ninfa, aunque para mi de musa, enamorándome más y más. La veía y me perdía en su tierna mirada, en su suave baile y sus movimientos en el aire. 
   Así nuestra amistad fue creciendo y creciendo, salíamos a comer juntos, paseábamos, nos veíamos fuera de la universidad, etc. El problema era ahora decirle: “Me gustas”. Necesitaba algo que me aliente a ello y trataba de encontrar el momento. Una vez, despidiéndome de ella le di dos besos en ambas mejillas, sin querer rozamos labios y desde ese momento supe que la quería conmigo. Ahora la pregunta era: “¿Cuando le dirás que te gusta y la besaras de verdad?.
   Los días pasaban rápido, nuestra amistad seguía creciendo y por fin, por fin una oportunidad de besarla. Era un viernes, celebraríamos en casa de una amiga de la universidad que al fin terminaron los exámenes finales. Esa noche estuvimos muy apegados, llegamos juntos a la fiesta, bailamos, yo me iba y ella me jalaba para volver y viceversa. Fue en un momento que empezó a sonar “Panameña” de Hector Lavoe, estábamos bailando, la miraba a los ojos y ella a los míos. Nuestra miradas se caían a los labios del otro y nos acercamos un poco más de lo que ya estábamos. “¿Te acuerdas cuando rozamos labios?” me pregunto ella. “¡Claro! ese fue uno de los mejores momentos de mi vida, un momento puro, real y sincero” le respondí. Sin darnos cuenta nuestros labios se tocaron de nuevo y nos besamos. 
   Esa misma noche le confesé mi amor. ¿Por qué ahí mismo si era nuestro primer beso?, porque sentía que debía hacerlo, me daba miedo, ciertamente, que ella se confundiese y se alejase de mi. A parte, quería que lo supiera de una vez, para mí eso era importantísimo. Le confesé todo en las escaleras de la casa de nuestra amiga, yo nervioso y un poco temeroso de que algo salga mal, le dije todo, ella me sorprendió con unas mágicas palabras que me dieron fe en todo: “¿Y tu crees que yo no siento nada por ti?” .Ahí acabo esa noche, lo demás es historia.
   Al día siguiente chateamos. Lo primero que le escribí fue: “Que nochecita ¿no?”, ella me respondió y hablamos por lo menos unos treinta minutos. Esa conversación, muy intima en nuestra relación se puede concluir en dos palabras: Despacio y prudencia. 
   Admito en este momento que fui un tarado, la palabra “despacio” me desespera. Yo quería estar con ella desde lo antes posible. Quería compartir con ella, estar con ella y lo más importante para mí: Amar con ella.
   Pasaron pocas semanas, unas tres o cuatro. En esas semanas salíamos, almorzábamos o cenábamos juntos, etc. Y fue la noche del 13 de julio, una de las noches más importantes en mi vida, por siempre, que le pedí para que seamos enamorados. Le escribí un poema, uno de los tantos, donde le hacía la difícil pregunta: ¿Te gustaría estar conmigo?. ¡Dijo que sí!, mi felicidad era máxima.
   Estuvimos juntos un mes y cuatro días. Conocí a sus amigas, no todas pero varias. Pasábamos tiempo juntos y felices. La amaba, ¡Sí! La amaba. 
   Esta chica L estaba metida en la pastoral, un grupo religioso de la universidad donde se hablaba, discutía, hacían misas, etc. Con la pastoral la chica L hizo un voluntariado a Huancayo, once días. Yo, todo amoroso con ella le escribí una carta por día, para que no me extrañe y me recuerde. Así es, nuestro primer y único mes la pasamos separados. 
   La esperaba ansioso, todos los días le rezaba a Dios su pronta llegada. No podía contar las horas ni los días, solo quería verla. 
   Para cuando regreso, parecía extraña, no me aviso que había llegado, me mantuvo preocupado todo el día. Recién a la mañana siguiente la pude localizar. Hablar con ella fue como hablar con Dios. Sin embargo esos días, luego de su regreso, se comportaba medio extraño. Admito mi error de ser un poco obsesionado, de seguirla y abrazarla y besarla en los momentos menos adecuados, admito mi error. Pero es que ella no se daba cuenta de cuanto la amaba, cuanto la deseaba y como la extrañe. Pero como debe ser, arruine todo. Me di cuenta que la empece a incomodar, ya casi, a dos semanas de su regreso, ni hablábamos, ni nos veíamos y menos nos besábamos. Yo estaba sumergido en mi propio llanto, en mi propio dolor. No podía creer esto, ¿Por qué?... ¿Por qué a mí me pasaba esto?. 
   Decidí una tarde buscarla y hablar con ella, poniéndole fin a esta situación que me mortificaba. Pero ella, la chica L, la chica de mi corazón, prefirió ponerle fin a nuestro amor. Según ella que tenía problemas personales, estaba estresada y mal. Yo le creí.
   Dejamos de ser enamorados para ser de nuevo amigos, amigos inseparables y cercanos. Aún salíamos agarrados de la mano, abrazados, etc. La invitaba a tomar de ves en cuando unas copas, comer, etc. Aunque realmente aún quería estar con ella. 
   Lo que ella no sabe es que a veces la miro y sonrío, pienso aún en ella, aún la cuido indirectamente, aún la busco en los momentos más difíciles para mi, ya que en ella guardo esperanzas. A veces la veo y por momentos la vuelvo a amar, porque negarlo si es la verdad. Aunque ciertamente, prefiero su amistad a su amor.
   El tiempo, el amor, la verdad, la mentira, el ser, etc. Me demostraron que nada dura para siempre, que lo que más se quiere a veces se pierde y que no importa lo que uno haga, no hay marcha atrás ante los errores garrafales. 
   La chica L sigue siendo hermosa, sigue volando como una mariposa, porque eso es ella, una mariposa libre y difícil de domar, una mariposa que nadie puede parar y que todos ante su belleza caen. 
   Solo me queda por decir: Gracias L, me has hecho muy feliz, a veces triste, pero eso no importa, porque al final de todo nunca dejas de sacarme una sonrisa, un suspiro y bueno, a veces entre dientes un: “¡Caray, que mujer tan hermosa!”. Y bueno, para finalizar este cuento de amor verdadero, diré, como el final de una canción de Queen llamada “It's a hard life”: lo hice todo por amor.

Eduardo

Un romance popular (historia de las mil facetas)

Mientras lee la historia, haga click aquí y escuche esta canción: Romance Popular, cantado por Nara Leao, madre del Bossa nova

   Ella salía todas las noches. Sus vestidos abundaban su armario y su maquillaje el baño. Ella no tenía lugar alguno a donde ir, solo se quería prostituir. Ella era la chica de las mil facetas, extrovertida en los días, curiosa en las tardes y puta en las noches.
   La conocí una tarde de verano, un 15 de febrero. Nos pusimos a hablar un momento en la cola de un banco. Sonreía mucho, era muy curiosa y no dejaba de preguntarme cosas. Al comienzo pensé que me quería quitar información, pero luego me di cuenta que solo quería conocerme.
   La invite entonces a tomar un cafe al Haiti, ese lindo restaurante frente al parque Kennedy. Pasamos varias horas hablando y cuando nos dimos cuenta ya eran más de las 6:30 pm. Ella se sorprendió y me dijo: -Debo salir ya, me esperan en el trabajo. Desconcertado de dejar todo ahí, me quede con la duda
de preguntarle donde trabajaba. 
-Una consulta, ¿Donde trabajas?.
-Eso ahora no importa, ya me voy- me respondió agitada.

   No la volví a ver hasta por lo menos 3 meses después. No contestaba mis llamadas, no respondía mis correos, simplemente no existía. La volví a ver porque me la encontré, incomodos los dos de ese momento, no sabíamos que decir y entonces le pregunte: ¿Bueno, y en que trabajas?. Ella me pidió perdón y me dijo la verdad: -No quiero hacerte daño, pero yo no soy buena persona, no soy quién quisieras que sea. Soy una prostituta, algunos dicen que soy barata, otros dicen que no sirvo de nada. A veces sufro por esto, a veces no. A veces gano mucha plata, a veces casi nada. Vivo a una cuadra de la avenida el Ejercito, en una casa de porquería que se puede caer en cualquier momento. Atiendo en la casa de mi primo Javier, mi proxeneta. Soy una puta, y si tu y yo empezamos algo, será un simple romance popular. 
 Estaba atónito, ella lloraba desconsoladamente, me había dicho algo que casi no lo habla con nadie. En mi cabeza solo pasaba una pregunta: ¿Por qué me lo dijo a mí? . Quedamos en volver a vernos, la invitaría a mi apartamento en Benavides, le haría de cenar y vería la manera de ayudarla. 
   Así fue, la volví a ver una semana después, la lleve a mi apartamento y le cociné unos fideos al pesto. Esa noche nos contamos de todo, lloramos y reímos juntos. No hubo sexo, no queríamos eso, queríamos reír, hablar y ser felices. La noche se paso volando, entre música y versos las horas corrían. La despedí con un beso y se fue hacia su triste y lamentable trabajo. Suspire al verla ir y me di cuenta que era cierto, me estaba enamorando de una puta. 
    Sin embargo la deje de ver un tiempo. Yo me aleje del mundo por completo, quería investigar nuevas cosas, trabajar en algo nuevo, escribir, etc. La extrañaba, eso sí. 
   La calle Larco hizo su magia de nuevo, me la volví a encontrar a punto de tomar el bus morado. Le dije que me espere, quería hablar con ella un poco. Ella me miro y me dijo rápidamente: -No quiero nada de ti, te acuerdas hace mucho que te conté mi verdad, te acuerdas que te mencione la palabra Romance popular... Pues eso, simplemente un romance popular contigo, con mi primo y con los demás hombres que me pagan. Subió al bus y se fue.
   Llegue a mi apartamento, me serví un vaso completo de Whisky y mientras lo tomaba me puse a pensar en esa palabra, "Romance popular". Decidí que en fin, todo era eso, un simple Romance Popular...
   
   



Eduardo

Introducción al blog

Bienvenidos a Poderosa Afrodita.

Este blog le pertenece a dos editores, dos amigos, dos camaradas, dos hermanos del alma, etc. Los conoceremos simplemente por Eduardo y Diego.

La historia de la creación este blog empieza de una manera muy graciosa, donde Diego y Eduardo hablaban en una de sus reuniones de amigos, donde corría el alcohol y los cigarrillos, y las mujeres que ahí estaban, preciosas pero inalcanzables. Recuerdo aún las palabras que salían de nuestras bocas: "Eduardo, las mujeres no entienden y nunca lo harán. No se imaginan lo difícil que es para un hombre poeta, como nosotros, conquistarlas." yo le respondí: "No se Diego, sabes, hagamos un blog donde se hable de todo esto, y donde demos a conocer que lo único que quedará siempre en nuestros corazones son los versos".
Esa es la breve historia. Ahora, ¿De donde sacamos el nombre "Poderosa Afrodita"?, bueno pues, lo sacamos de una película de Woody Allen, director, escritor y guionista que Diego y yo admiramos.

Así que en resumen para ir finalizando la introducción:
1- En este blog se hablará de amores, verdaderos, falsos, fallidos, erróneos, etc.
2- Diego y yo somos hombres de palabras, hombres de letras y hombres de versos. Poesía y cuentos vera usted aquí.
3- Lea, diviértase y piense.

Desde ya, ¡Muchísimas gracias lector! Que disfrute de nuestro blog.


P.d: Si desea mandar una historia, poema, etc. O simplemente dar un comentario o crítica personal puede hacerlo a este mail: poderosaafroditablog@gmail.com