domingo, 22 de septiembre de 2013

Un romance popular (historia de las mil facetas)

Mientras lee la historia, haga click aquí y escuche esta canción: Romance Popular, cantado por Nara Leao, madre del Bossa nova

   Ella salía todas las noches. Sus vestidos abundaban su armario y su maquillaje el baño. Ella no tenía lugar alguno a donde ir, solo se quería prostituir. Ella era la chica de las mil facetas, extrovertida en los días, curiosa en las tardes y puta en las noches.
   La conocí una tarde de verano, un 15 de febrero. Nos pusimos a hablar un momento en la cola de un banco. Sonreía mucho, era muy curiosa y no dejaba de preguntarme cosas. Al comienzo pensé que me quería quitar información, pero luego me di cuenta que solo quería conocerme.
   La invite entonces a tomar un cafe al Haiti, ese lindo restaurante frente al parque Kennedy. Pasamos varias horas hablando y cuando nos dimos cuenta ya eran más de las 6:30 pm. Ella se sorprendió y me dijo: -Debo salir ya, me esperan en el trabajo. Desconcertado de dejar todo ahí, me quede con la duda
de preguntarle donde trabajaba. 
-Una consulta, ¿Donde trabajas?.
-Eso ahora no importa, ya me voy- me respondió agitada.

   No la volví a ver hasta por lo menos 3 meses después. No contestaba mis llamadas, no respondía mis correos, simplemente no existía. La volví a ver porque me la encontré, incomodos los dos de ese momento, no sabíamos que decir y entonces le pregunte: ¿Bueno, y en que trabajas?. Ella me pidió perdón y me dijo la verdad: -No quiero hacerte daño, pero yo no soy buena persona, no soy quién quisieras que sea. Soy una prostituta, algunos dicen que soy barata, otros dicen que no sirvo de nada. A veces sufro por esto, a veces no. A veces gano mucha plata, a veces casi nada. Vivo a una cuadra de la avenida el Ejercito, en una casa de porquería que se puede caer en cualquier momento. Atiendo en la casa de mi primo Javier, mi proxeneta. Soy una puta, y si tu y yo empezamos algo, será un simple romance popular. 
 Estaba atónito, ella lloraba desconsoladamente, me había dicho algo que casi no lo habla con nadie. En mi cabeza solo pasaba una pregunta: ¿Por qué me lo dijo a mí? . Quedamos en volver a vernos, la invitaría a mi apartamento en Benavides, le haría de cenar y vería la manera de ayudarla. 
   Así fue, la volví a ver una semana después, la lleve a mi apartamento y le cociné unos fideos al pesto. Esa noche nos contamos de todo, lloramos y reímos juntos. No hubo sexo, no queríamos eso, queríamos reír, hablar y ser felices. La noche se paso volando, entre música y versos las horas corrían. La despedí con un beso y se fue hacia su triste y lamentable trabajo. Suspire al verla ir y me di cuenta que era cierto, me estaba enamorando de una puta. 
    Sin embargo la deje de ver un tiempo. Yo me aleje del mundo por completo, quería investigar nuevas cosas, trabajar en algo nuevo, escribir, etc. La extrañaba, eso sí. 
   La calle Larco hizo su magia de nuevo, me la volví a encontrar a punto de tomar el bus morado. Le dije que me espere, quería hablar con ella un poco. Ella me miro y me dijo rápidamente: -No quiero nada de ti, te acuerdas hace mucho que te conté mi verdad, te acuerdas que te mencione la palabra Romance popular... Pues eso, simplemente un romance popular contigo, con mi primo y con los demás hombres que me pagan. Subió al bus y se fue.
   Llegue a mi apartamento, me serví un vaso completo de Whisky y mientras lo tomaba me puse a pensar en esa palabra, "Romance popular". Decidí que en fin, todo era eso, un simple Romance Popular...
   
   



Eduardo

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